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  • Foto del escritorDaniela Zuluaga

Juntarnos. Encontrar los medios.

Esta entrada quería ser una entrada sobre edición comunitaria, sobre cómo ese término me ha ayudado a darle palabras a mi trabajo y a lo que creo que hago y quiero hacer con él. Ese era el plan, pero ahora siento que no puedo escribir algo que ignore lo que pasó la semana pasada en Bogotá. No puedo ignorar el miedo de oír helicópteros acercándose, de ese montón de sirenas de policía que pasaron frente a mi calle la noche del jueves. No puedo dejar de sentir que todo lo malo pasa cuando los hombres y las mujeres sienten que nada malo les puede pasar, que están por encima de todos y todas, que nada ni nadie las va a juzgar, ni siquiera el dios, que tanto dicen querer. Entonces, no sé, creo que la solución a esto que mi intuición y mi cerebro encontraron es mezclar las dos cosas, a ver qué sale de ahí.

Lo que se me ocurre, que es tal vez lo más fácil, es partir de las bibliotecas comunitarias en las que se están convirtiendo los CAIs, en la de la Gaitana que lastimosamente ya la están pintando con ese verde-gris con el que se tapa creatividad en este país y en la de aquí del Parkway que acabo de ver en mi Facebook que todavía está en pie. Yo las veo como un ejemplo puro de edición comunitaria. Lo que veo allí es una comunidad apropiándose de un medio para compartir lo que piensa entre ella misma y con otras personas. Las paredes, que cuando sucedió el asesinato de Javier nos invitaban al dolor y a la rabia, son ahora paredes de color, de esperanza, de una comunidad cansada del abuso, pero con la fuerza para proponerse algo distinto.

Mi hermano dice que qué estupidez. Dice irónicamente que entonces cuando lo roben en la calle a quién se va a llamar, ¿a la biblioteca? Y yo no sé, hay ahí un punto, un punto sobre lo que tal vez es esa función cuidado que debería cumplir la policía. Pero en este punto lo cierto es que si mañana me roban o me vuelven a acosar en la calle seguro tampoco llamaría a un CAI, porque ya lo hecho otras veces y no ha pasado nada o ha pasado algo mucho peor.

¿Qué hay allí en ese gesto de cambiar un CAI por una biblioteca? ¿Por qué no se volvió otra cosa como un sitio para vender helados o algo así? ¿Qué es lo que se está diciendo allí? Creo que va más allá de ese intercambio fácil entre menos policía y más educación. Creo que lo que se está pidiendo es un regreso a esa función de cuidado a la ciudadanía que se supone que los y las policías deben tener por encima de todo. La biblioteca comunitaria ha impulsado el intercambio y la reflexión, el diálogo. Es un espacio alternativo para acercarnos y para así resolver nuestros conflictos. Hacer una biblioteca es un gesto que muestra ese deseo de juntarse, de verse en la otra o en el otro, de mostrar y compartir lo que cada quien tiene, en oposición a ese estar por encima que hemos visto en las actuaciones de la policía la semana pasada.

Nunca diré que todas las policías y los policías son unos bastardos, porque como insticionalista que soy creo que tienen su función en la sociedad, esa función de cuidado. Sí creo que esa función está completamente viciada ahora. Esa podredumbre es tan profunda porque nace de cómo hemos resuelto relacionarnos en un país en guerra, en una guerra larga. Esa podredumbre es muy difícil de sacar porque está bien metida adentro. Lo cierto es que si seguimos poniendo al frente a personas que hacen ver minúsculo lo que pasó con Javier de seguro nada a cambiar. La gente pide encuentro, pide un diálogo distinto y lo que se encuentra es con más violencia, con más guerra.

En últimas lo que he visto es que la edición comunitaria va en contra de esto. Es un camino para reabrir los discursos y las conversaciones. Ahí es donde creo que se juntan lo uno y lo otro y por qué esta entrada terminó siendo así. Ya para cerrar les quiero decir que para mí ha sido muy importante haber encontrado este término para definir lo hago y espero hacer cada vez mejor. También para desde ahí poder ver el mundo y pensar qué se puede hacer con él.

¿Qué tal lo ven ustedes? ¿Qué ven ustedes en esas bibliotecas comunitarias? ¿Qué piensan qué podemos hacer como ciudadanas sobre lo que está pasando?

Queda abierta esta discusión y nos vemos el próximo miércoles.


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